El aire viciado empuja las cortinas
Y lame tus labios.
Tóxico para el alma laxa
En una interminable noche de verano.
Mi corazón, recortado a mordiscos,
Se detiene en el abismo de tu destino.
Ya no bombea.
Son las piedras que sangraron el camino
Mientras tus palabras
Hacían el amor
A mis silencios.
De su poemario inédito "Pellizcos de rutina"
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