A tientas,
y a tontas,
anduve haciendo piruetas.
Y tanto me balanceé,
que desperté colgada en tu cuello.
Dejé que libaras mis sentimientos
y te complaciste en ello.
Lametazos por mi cuello:
tu mi oso,
yo tu miel
Me arrollaste
y nos enrollamos.
Nos perdimos,
y ya nunca nos encontramos...
Y en la madriguera:
Tus pensamientos tatuados en la noche.
Novena Antología Poesía Hispanoamericana
Ediciones Lord Byron. España
Reservados todos los Derechos.
Porque donde habita el silencio, todavía reina la esperanza. La esperanza de tenerte o por lo menos de verte... Porque en algún agujero, entre la maraña del silencio de esta fría primavera, porque en un espacio entre el silencio y mi corazón encuentro palabras.
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